Soy una mujer de edad madura, quedé viuda a los 50 y siempre en casa, mi vida social se limita a dos amigas y la charla con comerciantes del barrio. Me pasa que por necesidad me suelo tocar casi a diario. Emilce dice que ella juega con su terrier miniatura pero me da cosa que el perro ande por ahí. Tres hijos, la mayor casada tiene dos hijos varones y mis otros hija e hijo en pareja viven solos los tres. Mi nieto mayor anda por los 18 y estudia en la facultad, así que por comodidad suele venir a diario a almorzar y también a cenar. Se quedó hace poco a dormir y trajo una amiga, la madre se enteró y le prohibió venir con amigas a casa. A veces cuando llega yo almorcé al no tener certeza de su horario y siquiera si viene. Me gusta ponerme cómoda y así fue que llegó y almorzó porque me encontró dormida. Me despertó el calor de su cuerpo pegado a mi espalda y me sobresalté aunque presumía que era él. - Quédate así abuela, te puedo abrazar y nos dormimos un rato, me dijo. Me di cuenta que se me había levantado el camisón ya que sentía sus piernas entre las mías. El calor que me daba me estaba gustando mucho y ya no pude dormir, pensando cuánto hacia que un hombre no me acurrucaba. Unos minutos después, su brazo se acomodó y se agarró de una de mis tetas abarcando por completo. Me quedé porque se sentía muy lindo. Empecé a sentir que su pija, bastante grande por cierto, me empujaba entre las nalgas y seguí quieta, fingiendo dormir Me costaba ya que me empezaba a ... ... mojar, esto era demasiado para mí. Se acomodó sin mucho movimiento y me la calzo justo entre las piernas, llegando a mi concha. Ahí me di cuenta que la tenía larga y dura ya que estaba toda afuera de su calzoncillo Lo único que pensé fue que me gustaba, que me estaba calentando y que no quería que se asuste y la saqué. Su mano se metió entre mi camisón por el escote y me agarró las dos tetas con una mano, ya que no son tan grandes. Me moría para no gemir ya que sus caricias habían puesto duros mis pezones Mientras me acariciaba las tetas. Empezó un vaivén entre mis piernas que me empapaba todo por abajo. Yo no pude controlar un espasmo que me puso más entregada. Sentí que corría mi bombacha y con su pierna me separaba las mías Sentí que agarrando su pija la apuntaba a mi concha. Gemí mientras me iba entrando. Estaba increíble. Grande y gorda, durísima y muy caliente. Me empezó a cojer y aumentaba la velocidad, acabando en mitad de mi primer orgasmo. Lo gritamos juntos. Hacía demasiado que no sentía tanta leche calentita adentro. No la sacó y no se le bajó. Me moví un poco y me volvió a cojer profundo y rápido, me hizo gemir y tuve dos acabadas antes que me vuelva a llenar. La sacó y me empezó a pegar en la puerta del culo con esa pija lechosa ensuciando - No. Por ahí no, le dije. Me voy a lavar que estoy un desastre. Cuando despertó de su siesta lo esperaba con la merienda lista. No hablamos de lo sucedido. Iba a pasar de nuevo varias ceces hasta hoy.... Mi ... ... nieto es mi debilidad